Muchas de estas personas no son conscientes de que son víctimas de abuso emocional y tienden a pensar que lo que les sucede es debido a sus propios errores o inadecuación. En un estudio realizado con mujeres maltratadas (Loring y Myers, 1991) se vio que sólo el 29 % de las mujeres victimas de abuso emocional reconocían serlo. Hay que tener en cuenta que, para la mayoría de las personas, es inconcebible que alguien que es tu pareja y que te dice que te quiere, esté al mismo tiempo tratando de rebajarte y humillarte. Por eso no es tan extraño que tiendan a dar crédito a las afirmaciones de su pareja y creer que de verdad hay algo equivocado en ellas, en sus opiniones, gustos, etc. Muchas se sienten tremendamente deprimidas y aún así no son capaces de expresar con claridad por qué se sienten así. Por eso, el primer paso hacia la curación consiste en reconocer que están siendo víctimas de abuso emocional y establecer una asociación entre sus síntomas y la experiencia traumática que están viviendo.
Cuando Mónica expresaba alguna idea, su pareja, Alberto, un profesor universitario, movía la cabeza con exasperación y suspiraba con una expresión de disgusto, moviendo su cabeza de un lado a otro. Después utilizaba un tono de voz tranquillo aunque tenso, y similar al que se utilizaría para hablar con un niño deficiente mental. Ella reaccionaba con depresión. A menudo negaba las ideas y emociones de ella diciendo: "Tu no sientes eso", o "En realidad tú no piensas así". A menudo la interrumpía en las conversaciones, diciendo, "lo que Mónica quiere decir es que..." (Loring, 1994).
"Mi marido a veces me llama estúpida y en otras ocasiones simplemente me ignora cuando hablo, suspira cuando le cuento mis sueños para el futuro y se ríe agitando la cabeza con desprecio cuando le cuento alguna idea".
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