"No son enfermos mentales. Si lo fueran, tendrían antecedentes de agresión a otras personas. (...) Y sin embargo, sólo descargan la violencia contra sus mujeres. (...)"

Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

Mahatma Gandhi. 1869-1948. Político y pensador indio.


Nadie puede amar sus cadenas, aunque sean de oro puro.

John Heywood

domingo, 17 de enero de 2010

Psicodinámica de la víctima


En la infancia temían que sus padres murieran o no regresaran, y las abandonaran. En sus relaciones de pareja, desarrollan el mismo miedo a la pérdida, temen ser abandonadas por su pareja o perder a sus hijos. Son perfeccionistas, saben que no alcanzarán esa perfección, y se desprecian y se castigan por ello. El permitir la agresión no tiene que ver directamente con su nivel de inteligencia, preparación profesional, edad o nivel socioeconómico. Pero es frecuente encontrar en su historia una educación con principios morales y religiosos rígidos: por lo que pueden estar convencidas de que el sufrimiento es la cruz que deben cargar y que el matrimonio siempre, sin importar sus circunstancias, debe seguir hasta que la muerte los separe. Aprendieron que Dios es el padre del conductismo, que está pendiente de sus errores, a los que concibe como pecados, que merecen castigo y sólo serán perdonados en la medida de su sufrimiento.

También encontramos las que aprendieron que lo más importante es la aceptación de su grupo social, por lo que deben aparentar una relación feliz, aunque la realidad puede ser un secreto a voces. O las que están dispuestas a vivir una relación violenta a cambio de la seguridad económica, porque es lo normal. Cayendo con esta carga ideológica, cultural y social de determinismos en un sufrimiento innecesario. En estos contextos, la mujer es educada para la co-dependencia. Acostumbrada al dominio masculino. Hay también hombres que viven una relación destructiva. Pero su silencio es mayor. En ellos tampoco son criterios predictivos su preparación profesional, situación económica, edad, apariencia física o inteligencia, aunque si no tienen un buen nivel en las anteriores, es probable que se recrudezca la agresión. Generalmente de niños fueron abandonados física o emocionalmente por una persona significativa. Es probable que su baja autoestima se deba a una autoimagen deteriorada y errónea de sí mismo, que puede tener origen en una imagen paterna también devaluada, en las familias donde las mujeres son las fuertes, capaces y triunfadoras, y los hombres: débiles, inútiles, fracasados, aunque esto sea o no real. También puede deberse a la ausencia del padre, al que se considera un miserable, y no estará dispuesto a repetirlo; para evitarlo tolera todo, hasta lo intolerable. Él tiene que cumplir y ser un “buen hombre”. Lo más desconsolador es que hombres y mujeres cuyos padres tienen una relación de pareja destructiva, muy probablemente repetirán el modelo, aún cuando se hayan propuesto lo contrario. Se quedan en la relación agresiva porque en el fondo tienen la esperanza de que su pareja cambiará y ellos pueden influir. Si el agresor se vuelve temporalmente inofensivo y complaciente, creen que ha cambiado, sólo para recibir nuevamente una agresión. Otra razón para no terminar una relación violenta, es el sentimiento de culpa, pues la víctima cree que su pareja la necesita y no quiere verse como una mala persona; así habla la co-dependencia.


Desde la perspectiva perfeccionista, la víctima puede pensar que merece ser castigada, por ser incapaz de alcanzarla. Por lo que este tipo de persona puede ser la pareja complementaria de quien vive desde la prepotencia. También puede ser pareja complementaria de la personalidad prepotente, bajo una educación rígida, exigente, que rechaza la carencia, el error y la sensibilidad.


Con uno o ambos padres fríos, distantes, demandantes, condicionantes. Han cedido su responsabilidad y derecho a ser ellos mismos y viven para complacer a los demás, incapaces de decir "no", de poner límites, de expresar sus opiniones y sentimientos. Aprendieron a someterse para evitar conflictos, por eso, al ser reprendidos, aún injustamente, acaban pidiendo perdón.



1 comentario:

  1. Eso no es psicodinámica, se conforman con confundirlo con el condicionamiento social. Importante que hablen del papel activo aunque inonciente de la mujer, para materializar una serie de circunstancias que le serán adversas en un movimiento de autosometimiento y autoagresion. El individuo es arquitecto de sus circunstancias y director de su vida. En este punto seria importante hablar de las motivaciones inconcientes de la mujer victima, ya que constituye un sistema que edifica para su maltrato y desgracia.

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